El primer homínido que talla la piedra es el Homo habilis. Los primeros utensilios de piedra son muy simples. Se trata de cantos rodados o guijarros que son toscamente tallados por una sola cara (choppers) o por dos (chopping tools). Para tallar un canto rodado, primero, se mantiene fijo con una mano y, después, se le da golpes en su borde, de forma un poco tangencial, con otro canto que actúa como martillo o percutor. Del canto golpeado se desprendes lascas quedando un núcleo tallado. Tanto las lascas como el núcleo tallado pueden ser utilizados como instrumentos poco presentan filos cortantes. El proceso de fabricación de estos utensilios requiere, por tanto, pocos golpes.
Es la industria de los bifaces, piedras de sílex o cuarcita que son talladas por las dos caras (bi-faz). Son elaborados a partir de un núcleo de sílex, que se va girando con la mano, mientras se le va dando golpes con un percutor para extraer lascas. Es resultado es un instrumento en el que todo o casi todo su borde es un filo cortante. Otra técnica es la talla por presión, que requiere un compresor de apoyo para el hombro (véase imagen).
Básicamente
los instrumentos que nos encontramos son las hachas de mano, que son bifaces
simétricos con filos laterales que convergen hacia un extremo apuntado y los
hendedores, bifaces que en un extremo presenta un filo recto. Las hachas de
mano tenían una utilización múltiple: cortar carne, trabajar la madera y
preparar las pieles.
3ª fase: Industria de piedra del Modo 3.
Es una industria más complicada técnicamente. Primero, mediante talla se preparan los núcleos dándoles una forma similar al de un caparazón de una tortuga. Después, de este núcleo se extraen lascas de diferentes tamaños. Sobre estas lascas se seguía trabajando hasta obtener de ellas el utensilio deseado. Esta técnica, llamada Levallois, exigía un gran control de las manos y una noción clara del instrumento deseado, así como golpes delicados y hábiles.
Los
instrumentos obtenidos mediante esta técnica son: raederas o raspadores para
extraer la grasa de las pieles, denticuladas o lascas con un borde dentado para
cortar, bifaces o hachas de mano, puntas para lanzas y cuchillos para cortar la
carne.
La técnica se perfecciona en esta fase. Ahora se preparan núcleos de sílex alargados de los que se obtienen hojas largas, estrechas y delgadas con los bordes paralelos. Estas hojas son luego retocadas y transformadas en una gran variedad de útiles. Asistimos en este momento a una gran diversificación del utillaje: ya no se preparan unos pocos útiles que valen para todo, sino que se crea un útil para cada necesidad. Además, de la piedra ahora se utilizan como materias primas para la elaboración de instrumentos el hueso, el marfil y el asta.




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